
puedes usar el Aloe vera de dos formas: adquiriendo un jugo comercial o usando la planta que tengas en casa. Sólo tienes que tomar una precaución clave y es que el Aloe vera que uses no contenga aloína. En su uso tópico no debe darte muchos problemas la aloína pero puede ser que produzca alguna irritación y la piel de los bebés es muy sensible por lo que es mejor no usar aloína y prevenir. En los jugos comerciales vendrá especificado si contiene este componente y si usas tu planta de casa, asegúrate de lavar bien el gel una vez extraído y desprender toda la sustancia amarillenta, esa es la aloína.
Una vez adoptadas estas precauciones ya podemos usar el jugo o gel de Aloe vera con nuestro bebé. Puedes hacerlo desde su nacimiento y es que dado su valor regenerador se considera un gran cicatrizante que será perfecto para curar el ombligo de tu bebé. Sólo tienes que aplicar un poco en cada cura y verás como acelera su curación y puede llegar a evitar infecciones por su poder antibacteriano.
Otro uso que puedes hacer es para aliviar las irritaciones genitales y de su culito provocadas por los pañales. Puedes aplicarlo tantas veces como quieras. De igual manera también puedes usarlo para cualquier irritación del cuerpo.

Pero no sólo será útil para la piel también para un momento clave en el crecimiento de tu bebé, la salida de los dientes. Así, impregnaremos una gasa con jugo de Aloe vera y frotaremos con ésta las encías del bebé. No sólo le aliviará el dolor sino que también acelerará el proceso de salida. Como en otras ocasiones, si tienes acceso a pulpa puedes usarla directamente siempre y cuando la laves bien. La aplicación será varias veces al día.
Para ti, mamá
El Aloe vera también cuida de ti. Puedes utilizarlo como cicatrizante ya hayas tenido una cesárea o un parto natural. También puede ser muy útil para aliviar el dolor de los pezones en la lactancia. No lo dudes, el Aloe vera te mima a ti y a tu bebé.
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