sábado, 9 de noviembre de 2013

Propiedades curativas del muérdago

Los antiguos celtas lo usaban como planta antiespasmódica en la cura de asma y del histerismo. En la Edad Media se usó el muérdago para tratar las enfermedades del pecho y el abad Kneipp lo aconsejaba para frenar las hemorragias internas y externas y curar los trastornos circulatorios.

Estas últimas cualidades, las de ser cardiotónico, vasodilatador e hipotensor, han sido confirmadas recientemente.  Por esa razón, se estima al muérdago, en la actualidad, como uno de los remedios naturales más eficaces contra la hipertensión, la taquicardia y la arterioesclerosis.
Por otro  lado, Hipócrates y Plinio lo consideraban la panacea para curar los vértigos, la epilepsia y los tumores. 

Esta última propiedad fue nuevamente considerada en el siglo XX incluso, existen investigaciones que indican las virtudes de su uso en la lucha contra el cáncer, pero aún no ha sido confirmada por la ciencia oficial.

Esta acción antitumoral sería ejercitada por las lactinas, unas proteínas aisladas recientemente en el muérdago que tienen un efecto destructor sobre las células tumorales. Estas sustancias influenciarían a la vez la glándula timo, encargada de estimular el sistema inmunitario y las células sanas del organismo.
Igualmente, posee propiedades diuréticas.  Por ello, es muy recomendado en casos de retención de líquido, cálculos renales, cólicos nefríticos, entre otros.   También, resulta útil en los ataques agudos de lumbago, ciática o reuma.

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